La tristeza nos pone en contacto con nuestro hemisferio izquierdo, es la emoción que nos convierte en personas inteligentes. A través de esta inteligencia, podremos desarrollarnos y encontrar soluciones que nos aporten más de lo que podríamos perder.
Arancha Merino
Dámelo sin mirarme..., dímelo sin voz...Para volver..., necesito sentirte ciego..., y mudo..., sentir que
sé que estás, donde ni siquiera te ves.
Y me doy cuenta del Sol al vislumbrar una amiga a lo lejos...
Y siempre me quedaré en el tú de mí, y siempre llorando, te diré adiós sin ti. Porque una vez somos, solo una vez damos cada día, solo lo tuyo forma parte de mí ahora..., cuando me voy...,en este día.
Y seguiré oyendo el canto del viento anunciando mi partida...
Y me voy, como se va tu sueño, porque la arena de tu albero soy, y todo mi universo tengo...
En plata me baño hoy..., en oro me voy..., vestida en blanco, con rojo en la cubierta..., y el coral adornando mi son.
Entre sábanas de algodón y nubes de recuerdo te duermo.
Saludándome te dejo, y despidiendo a una gran amiga me voy, te beso, me alejo.
Y ahogada en el amor del silencio, de la magia, de la fortuna y el tiempo, navego entre gotas de sal...,
de la mano del presente, en el puerto de los hechos, y sin rumbo en el olvido de un perdido cielo.
Son ya muchas las islas y los ríos surcados..., los tesoros que no he hallado, el hambre y la sed que el alma ha encontrado...Las cicatrices y heridas, el mar nos las ha curado...Y como si de un océano se tratara, sus huellas no pisan mis tormentas, y sus algas, ya no nutren mis fatigas.
Y de nuevo me voy, sueño; dándote la luz que no enturbie con sus sombras el azul de un recuerdo.
Mágicos números los de mi entrada al refugio del alma. Como una huésped he pasado..., sin llamar he entrado aquí, donde el alma se encuentra con el cuerpo.
El 1111 se ha abierto ante mis ojos como la flor exótica de un cuidado, cálido y privado invernadero...
Y en mi retina, sentidos y sesos, se han superpuesto como dos diapostivas, mi alma, y mi amiga... La delicadeza con que siempre me ha hablado, tantos regalos...Y a mi mente ha corrido como el jaguar a su selva, el libro último que hace un segundo me ha recomendado.
Seguro que este verano inunda mi tiempo..., mi sol, mis lluvias, y mis días. Y una vez más acertarás..., porque con tus errores y éxitos, tus enfados y alegrías, tus logros y decepciones, siempre para mí por ser tú, has acertado...
Nadie alcanza la meta con un solo intento, ni perfecciona la vida con una sola rectificación. Nadie camina la vida sin haber pisado en falso muchas veces... Nadie siente el amor sin probar sus lágrimas, ni recoge rosas sin sentir sus espinas. Nadie llega a la otra orilla sin haber ido haciendo puentes para pasar. Nadie consigue su ideal sin haber pensado muchas veces que perseguía un imposible. Nadie reconoce la oportunidad hasta que esta pasa por su lado y la deja ir (...) Nadie deja de llegar cuando de verdad se lo propone.
"No hay medicina que cure lo que no cura la felicidad"
Gabriel García Márquez, 1927. Premio Nobel de Literatura en 1982.
Se ha ido tu nueva pluma, el escritor colombiano volará..., pero no tu hombre. Quedará por siempre en nosotros, porque tu alma y tu vida han hecho que la nuestra viva más fuerte.
Volverás en verano y encalaremos juntos la fachada del tiempo. Aquí
todo envejece a ritmo campesino y te echamos de menos cuando tus
rosas revientan como un tiro de sangre. Todos los días del año son los más
oportunos para añorar al ser que nos ha abandonado. Pero tú
volverás; yo sé que te apetece escuchar las rodadas de la infancia entre
la manzanilla; yo sé que tienes ganas de entender qué dicen las gaviotas
cuando rompen el sol a picotazos; pero tú volverás porque han puesto
autobús para llegar al nunca, porque el pueblo se queda poco a
poco, porque quiero cambiarte unos cromos del llanto, porque te necesito
para labrar el frío. Volverás a esa hora temprano y los niños irán ya a la
escuela en pantalones cortos y te diré en secreto por qué cantan los
gallos y te llenaré un libro del olor de las cuadras. Volverás porque, a
veces, si nos falta algún rostro el pasado es reciente a cada siempre.